Caminábamos impacientemente frente al Palacio de los Deportes en Madrid esperando ese tan deseado momento, el de ver a Justin cantar ante nosotros como desde hace un año deseábamos. Eran tantas las ganas de verle personalmente que no quedó nada que no hiciéramos para intentar cruzarnos con él y verle en persona.
Tras muchos intentos y esperas, conseguimos por fin a las 3 de la tarde de aquel 5 de Abril entrar a través de un parking al interior del recinto. La gente gritaba y los guardias de seguridad no paraban de echar y destrozar las esperanzas de todo aquel que intentara sobrepasar los límites del edificio. Finalmente tras muchos intentos fallidos conseguimos entrar y escondernos mi amigo (@mmjmarcos) y yo (@jorgejdbieber) en un baño durante al menos 20 minutos hasta que todo se hubo calmado.
Pasado el tiempo, decidimos salir de aquella interminable espera y arriesgarnos de nuevo a que nos pillaran. No fue así y conseguimos llegar hasta los parkings del lugar. Vigilados por numerosas cámaras de seguridad temíamos que alguien viniera y nos echara de allí otra vez. Caminamos buscando entradas durante al menos 20 minutos más hasta que por fin llegamos a una puerta que estaba cerrada y solo se podía abrir desde el otro lado, a punto estuvimos de irnos de allí pero me agaché y estiré la mano a través de la reja que cubría la puerta y conseguí abrirla.
Llegamos a través de las salidas de emergencia a unas escaleras que no dudamos en subir y allí estaba un letrero con letras rojas que decía "Pista-Floor". Atónitos ante lo que veíamos, no podíamos creer que de 17.000 personas que podían haberlo intentado fuimos nosotros 2 los únicos que lo conseguimos. Inspeccionamos un rato antes de adentrarnos por la puerta de pista y vimos el catering y los camerinos de los artistas. El de Justin lo pudimos ver desde la puerta, y vimos todo su vestuario que usó para el concierto, sus gorras, sus botines, todo. Eso sí, Justin no se encontraba allí, ya que estaba en una rueda de prensa. Queríamos continuar pero todo estaba copado de guardias de seguridad que nos impedían el paso. Así que no tuvimos más remedio que ir y hablar con uno de ellos e inventar alguna excusa de porqué estábamos ahí.
Le contamos al primero que vimos que habíamos ganado un concurso y que nos habían dado instrucciones de cómo llegar, pero que nos habíamos perdido en el camino y que no sabíamos cómo llegar al meet&greet con Justin. El hombre nos creyó y nos llevó por todos los rincones del palacio, incluido el escenario el cual estaba vacío y en proceso de construcción. Aquello fue increíble y todo por una mentira que nos inventamos. Todo embadurnado de hielo seco con el que se hace el efecto de humo en el concierto, sumado a la sensación de atravesar el escenario por el que horas después Justin se iba a pasear, fue indescriptible. Gracias al guardia llegamos a la rueda de prensa donde preguntamos cómo llegar al encuentro con Justin Bieber, nos llevaron al Photocall y le vimos durante un segundo posar para los fotógrafos.
Seguimos caminando y por fin llegamos a donde se realizaban los controles para comprobar la gente acreditada. Allí estaba Belén Esteban con su representante esperando a la llegada de JB tras el cristal que separaba a los fans de la gente importante del lugar. Aún no nos creíamos que hubiéramos llegado allí y cuando nos asomamos por el cristal multitud de beliebers empezaron a gritar pensando que Justin salía, pero no, era yo con un peinado muy parecido al suyo. El segurita habló con el que se encargaba de vigilar la puerta y le explicó nuestra situación, entonces el hombre dijo que saliéramos fuera del cristal y que esperáramos, que en breve nos darían las acreditaciones para poder pasar al encuentro. Así lo hicimos y esperamos. Confiados, pensábamos que ya nada podía pasar, entonces le tocó el relevo al vigilante, y el nuevo, con un carácter más brusco que el anterior, no se creyó nuestra historia y no nos dejó pasar. Finalmente no conseguimos la tan preciada foto con él, pero nos quedamos con esa gran satisfacción de conseguir lo que nadie pudo, y todo por nuestro ídolo por el cual nos arriesgamos al 100%.
Nos quedamos con el recuerdo de haber visto los interiores del mundo de Justin y los lugares que frecuenta, como sus escenarios, camerinos, el backstage y un largo etcétera.
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